jueves, 27 de agosto de 2009

¿Afecta la crisis a los ricos?

El consumismo se ha convertido en una ley que sirve para estimular la economía actual, derivándose por ello, un mundo que subestima las advertencias que se originan cuando este es impulsado para girar como efecto de la presión cultural e ideológica. Conocer el paradigma de estas advertencias y ratificar como vía resolutiva el mismo sistema dominante, sólo ayuda a codearse con la denominada “crisis artificial”, un vía crucis que alborota al provocar la recesión o algo más: dolor de estómago, ansiedad, depresión, insomnio, alopecia….al tomar conciencia de que nuestros bolsillos se encuentran vacíos. Bien, todos los días los periódicos nos recuerdan la terrible crisis que estamos viviendo, y además, algunos de estos periódicos recogen el increíble estudio mediante observancia del comportamiento de las mujeres en este periodo tan crítico sin olvidar la pretensión de desdeñar el papel de la mujer frenando la crisis, y es que, con este análisis de la conducta femenina se ha descubierto que, a pesar de las circunstancias, la mujer sigue maquillándose y visitando la peluquería. A mi juicio, veo correcto emplear el dicho “a los malos tiempos, buena cara” o, ¿qué esperaban?, ¿una tendencia a la tricotilomanía?, ¿una crisis existencial?. Lo que se debería hacer es un estudio que hiciera referencia a dos vertientes, una reflexión donde se analizara el modus vivendi del individuo en función del nivel socio-económico que ocupe dentro de una sociedad que es inherente al capitalismo de consumo, término que ha servido de instrumentalización y del que se ha cosechado la perpetuación y el acrecimiento de la desigualdad. Si no fuera así, mi duda no se hallaría, en el momento actual, en si sería posible responder afirmativamente a la siguiente cuestión: ¿Realmente la crisis afecta también a los ricos?

sábado, 22 de agosto de 2009

Cine de terror....Ja, Ja, Ja

Hace unos días, se estrenaba en los cines una nueva película del director de “Spiderman”, Sam Raini, cuyo título viene a ser “Arrástrame al infierno”. A simple vista, la cabecera parece acojonante, cuanto menos, impactante; pero, el resultado final obtenido se convierte en una decepción al pretender conjugar dos géneros poco afines como la comedia y el terror. Aún así, la premisa parece interesante; aunque, con ciertos salpiques de desatino porque la historia se centra en una empleada de banco que, pobrecita ella, embarga la casa a una anciana y esta intenta arruinar la vida de aquella con actos de brujería. Algo similar ocurre en aquel cuento popular que relata la historia de una princesa que, pobrecita ella, la embargan su castillo por ser mirada con desazón por una despiadada bruja que pugna por ser la más guapa del reino; sin embargo, en la película de Sam Raini, la `bruja´ y la `buena´ se tornan los papeles y, esta vez, la `bruja´ se asemeja más a personajes tan conocidos como E.T o Gollum (¡Mi casaaaa…..!, ¡Mi tesoroooo…..!). En fín, “Arrástrame al infierno” no es la única película del género de terror que decepciona. El inexplicable bosque que Shyamalan construye, no es fácil de descifrar y su justificación, su verdad, se esconde justo al final de la película, justo cuando se llega a las fronteras del bosque aislado, ahí es cuando se produce el choque de dos corrientes filosóficas, la de Hobbes y Rousseau, `el hombre es un lobo para el hombre´ y `la sociedad es mala´. También a Shyamalan se le puede recordar como el director de la película “El sexto sentido”, donde teje de nuevo una historia incomprensible porque ni el niño ni Bruce Willis se dan cuenta hasta el final de una verdad incuestionable. Otro título importante de terror podría ser “El exorcista”. Es una película que no envejece pero que, al realizar visionados posteriores al primero, ya no produce sobresaltos, ni el giro del cuello como una peonza ni el vómito de puré de guisantes. También, como filme importante podemos encontrarnos con la sobrenatural historia de “Poltergeist”, que trata de causarnos terror con aquello que no conocemos, con el otro lado (suena a cambio de acera, pero no, no es el tema), y ni mucho menos produce miedo ver el ataque del árbol o del payaso. “El resplandor” es considerado por algunos críticos como el primer film de terror de la historia, que los roles de Jack y Wendy, locura y fragilidad, se complementan a la perfección, en cambio, en mi opinión, el papel de mujer comedida resulta poco convincente. De igual manera, de falta de persuasión, parecía ir encaminada la película “The ring”, porque la existencia de un videocassette que mata a la semana de ver su contenido no parecía urdir un suspense del que no se despeja dudas hasta el final. Concluyendo, una buena película es resultado de una buena premisa y un buen desarrollo.