domingo, 19 de mayo de 2013

¡PEOR NO PODEMOS ESTAR!

Yo creo que si se redujera la jornada laboral semanal de 40 horas máximo a 30-35 horas; se fomentaran las jornadas continuas (eliminando, por tanto, las jornadas partidas); se eliminaran las horas extras; y, además se redujeran los días de trabajo obligatorio, en vez de lunes a viernes, de lunes a jueves y de viernes a domingo (a elegir), no sólo viviríamos mejor sino que habría trabajo para más gente y mejor conciliación laboral-familiar. El problema es que estas medidas no podrían respaldarse por la ciudadanía y algunos partidos políticos por considerarse utópicas. Pero, de ilusiones se vive; aunque, si el poder emana del pueblo y el gobierno representa al pueblo, ¿por qué no pueden ser escuchadas nuestras propuestas? Hay gente desempleada que ya no percibe ningún tipo de prestación y que si quiere recibir atención sanitaria, tiene que aportar un porcentaje (40%) del coste de determinados servicios prestados. ¿Dónde está el Estado de Bienestar? ¿Quién quiere un Gobierno sordo? Constitucionalmente y legalmente, nos corresponde unos derechos y unas libertades que parecen haberse esfumado con la crisis. Una crisis selectiva, porque la clase media sólo parece combatir los estragos de la crisis, viendo desvanecerse sus sueños cuando tienen que vender su piso o comer con la pensión del abuelo. Mi duda es: ¿podemos mejorar esta situación? porque, peor no podemos estar.

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