domingo, 8 de noviembre de 2009

Todos para uno y uno para ...

El nuevo análisis que el Gobierno ha realizado del rompecabezas económico les conlleva, esta vez, a que este se resuelva copiando el modelo alemán de trabajo a jornada reducida; a pesar, de su emisión de continuas soluciones, no escapamos de los interrogantes, que siguen agolpándose por las calles, y el que con más fuerza se repite es: ¿cuándo vamos a salir de la crisis?. Pero, nos olvidamos de quiénes cavilan por encontrar vías de solución y de quiénes se entretienen en otros aspectos que ni nos va ni nos viene. En estos días, el PP ponía de manifiesto una nueva trifulca interna, situación que reemplazan con la de exponer incesantes críticas hacia el Gobierno, sin aportar abiertamente cualquier solución que contribuya a la mejoría de la realidad económica en España, y es que, el paro continúa sin dar tregua a los españoles. Y, si la confesión mayoritaria de los españoles es la Iglesia Católica y rezamos a Dios para que nos oiga, parece que también estos días desempeña otras funciones como las de pugnar para que no se aparten los símbolos correspondientes a la religión católica de los colegios públicos. No comprendo cómo se puede despistar tanto e intente conservar la fe en Dios, cuando la libertad de religión es un derecho, un principio fundamental, para lograr una convivencia pacífica y civilizada. Obviamente, conseguir este objetivo, conseguir este modelo de convivencia, no es sencillo, y será menos sencillo aún cuando se establece como conclusiones, después de unos estudios sociológicos, que: trabajar después de la jubilación beneficia la salud o que, cuanto mayor sea el nivel cultural de una mujer, menor es el riesgo de muerte de su marido. Lo recomendable es, que al hacer lectura de este tipo de planteamientos sociológicos, hacer caso omiso, omitirlo de la memoria porque es llamativamente observable que este tipo de planteamientos o exposiciones, a día de hoy, deberían tender a quedar desfasados. ¿O no?