domingo, 27 de diciembre de 2009
La estupidez insiste siempre
Mientras unos celebran el nacimiento del niño Jesús, otros tenemos que romper el sueño de viajar a ese país, tan lejano de la realidad histórica de España, llamado “Cataluña”. Pero, aún me queda el consuelo de no haberme perdido el tradicional discurso navideño del Rey, basando sus reflexiones principalmente en un asunto que se ha situado en la primera preocupación ciudadana (“la crisis económica”), proponiendo la forma de abordar el problema, que se puede sintetizar, tras 15 minutos interminables, en tres cometidos: superar divisiones, sumar voluntades y redoblar esfuerzos. Tres cometidos que lograrían paliar los efectos de la crisis y proporcionarnos un mayor bienestar social. La intención del discurso ha sido interpretada de diferentes maneras. Para unos, se trataba de un mensaje que se dirigía claramente al principal partido de oposición por anteponer sus intereses electorales a los de la ciudadanía. Otros piensan que el discurso navideño del Rey ha sido escrito por el Gobierno. Por otro lado, se ha llegado a opinar que la mayor alegría que el Rey podría dar en su tradicional acto es el anuncio de su abdicación, para facilitar así el paso hacia una república federal. Por mi parte, sostengo la idea de que las palabras son muy bonitas, pero, hay que dar ejemplo. Se han observado medidas anti-crisis pero poco fructíferas, como es el caso del recorte de tejido o de miembros en la familia real; sin embargo, esto mismo se podría conmutar por la repetición de modelos y el alojamiento en viviendas de dimensiones más reducidas. Una opinión absurda que podría justificarla con una frase que dice: “La estupidez insiste siempre”.
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Yo apuesto porque se vaya el rey
ResponderEliminar¿para ponerte tú en el trono?
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