Menudo revuelo se ha formado por un proyecto presentado por el Gobierno y que está relacionado con la ampliación de la ley del aborto, además de otras medidas que quieren tomar y que hacen referencia a la `píldora del día después´ sin límite de edad. A todo esto, las `repentinas´ y disparatadas ocurrencias de este Gobierno, ¿a qué obedecen?:
¿pretenden dar respuesta a una demanda social?, ¿les sirven como arma electoral? o, ¿quieren levantar una cortina de humo para ocultar las dificultades que atraviesan en este `ocasional´ naufragio, cuyo tipo de avería nos resulta ya bastante renombrado?.
El ejecutivo socialista se defiende explicando que lo que otorgan es un derecho a la mujer, sin que estas puedan ser castigadas con penas de prisión por abortar si su decisión no está sujeta a uno de los supuestos limitados que presenta la ley vigente actual; ahora, el problema subyace cuando se defiende reconocer la autonomía de decisión de los jóvenes de entre 16 y 18 años, sin que sea necesaria la autorización de los padres o tutores, ya que, aunque se justifique que se respeta el marco constitucional, es incomprensible que un menor de edad (según la Constitución Española del 78, un menor de 18 años) pueda estar capacitado y protegido por unas garantías jurídicas, para decidir interrumpir embarazos no deseados; y que, este menor no pueda estar capacitado ni protegido por una ley para votar, conducir un coche o entrar en una discoteca.
En fin, solo queda esperar que este proyecto se apruebe o no por el Congreso. ¿Habrá enmienda?.
¿pretenden dar respuesta a una demanda social?, ¿les sirven como arma electoral? o, ¿quieren levantar una cortina de humo para ocultar las dificultades que atraviesan en este `ocasional´ naufragio, cuyo tipo de avería nos resulta ya bastante renombrado?.
El ejecutivo socialista se defiende explicando que lo que otorgan es un derecho a la mujer, sin que estas puedan ser castigadas con penas de prisión por abortar si su decisión no está sujeta a uno de los supuestos limitados que presenta la ley vigente actual; ahora, el problema subyace cuando se defiende reconocer la autonomía de decisión de los jóvenes de entre 16 y 18 años, sin que sea necesaria la autorización de los padres o tutores, ya que, aunque se justifique que se respeta el marco constitucional, es incomprensible que un menor de edad (según la Constitución Española del 78, un menor de 18 años) pueda estar capacitado y protegido por unas garantías jurídicas, para decidir interrumpir embarazos no deseados; y que, este menor no pueda estar capacitado ni protegido por una ley para votar, conducir un coche o entrar en una discoteca.
En fin, solo queda esperar que este proyecto se apruebe o no por el Congreso. ¿Habrá enmienda?.
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